En el lugar denominado Cao Viejo, ubicado en el complejo arqueológico El Brujo (departamento de La Libertad, a unos 700 kilómetros al norte de Lima) se halló la tumba de una mujer momificada con un ajuar funerario compuesto de diversas ofrendas de vasijas de cerámica, artefactos para la textilería y ornamentos (narigueras, collares, brazaletes, tocados, etc.) de oro y plata. Junto a ella fueron hallados cuatro individuos, dos de los cuales fueron mujeres adolescentes sacrificadas.
Los trabajos que vienen realizando desde 1990 el equipo de arqueólogos del Proyecto Arqueológico Complejo El Brujo han hecho posible este hallazgo, de la que se presume era una mujer de la élite Mochica, tal vez una sacerdotisa (aunque algunos especulan que pudo haber desempeñado un rol político) que vivió en el siglo V d.C.
La "Señora de Cao", muestra su importancia en todos los elementos que componen su entierro. El patio donde fue depositada tenía paredes pintadas con diseños geométricos y un ser sobrenatural de rasgos felínicos rodeado de cóndores y serpientes. Asimismo, estaba cubierta de 18 collares de oro, plata, lapizlázuli, cuarzo y turquesa, treinta adornos de nariz de oro y plata, diademas y coronas de cobre dorado. Entre las muchas piezas de alfarería con las que se le enterró, destaca un huaco (pieza de cerámica) que muestra a dos mujeres adultas que se miran frente a frente, una de las cuales da de lactar a una pequeña.
El cuerpo de la dama tiene tatuajes de serpientes y arañas, aún visibles. También se encontraron 23 estólicas y 2 porras de madera recubiertas en cobre dorado al interior del fardo, utilizadas en las ceremonias como símbolos de poder y hegemonía.
La preservación del cadáver, así como el de algunas vestimentas, fue posible porque se le untó con cinabrio o sulfato de mercurio (HgSO4), una tinta roja que evita la putrefacción y no permite que los insectos afecten la piel.
El buen estado de conservación de "La Señora de Cao" ha permitido a los especialistas proporcionar información preliminar acerca de la vida de este personaje. Hasta la fecha, sabemos que su edad al momento de la muerte oscilaba entre los 25 y 30 años de edad y que tuvo al menos un hijo. La preservación de su piel ha permitido apreciar una serie de tatuajes en sus antebrazos, tobillos y dedos con representaciones de serpientes y arañas.
El hallazgo fue realizado por Régulo Franco, jefe de arqueólogos de la Fundación Augusto N. Wiese, en el marco de una investigación conjunta entre ese organismo y la Universidad Nacional de Trujillo. Franco afirma que un chamán llamado Arturo Cervantes, alias Kúntur, en el curso de rituales con la planta alucinógena “San Pedro” tuvo la visión de una gran Señora que se presentaba en andas y danzaba en una ceremonia. En base a estas alucinaciones, se determinó la ubicación exacta de la tumba.
Actualmente, los restos de la “Señora de Cao” descansan en un museo recientemente construido al costado de la huaca El Brujo, obra de la arquitecta Claudia Ucelli. El recinto tiene una extensión de 2000 metros cuadrados, cuenta con laboratorios, almacenes, auditorio, sala de cómputo y una tienda. Este proyecto necesitó la inversión de un millón de dólares.